FUEGO,PERFUME Y BRASA
Amor de juventud; fuego, perfume y
brasa,
y tus brazos eran brasas, eran llamas
encendidas;
dos cuerpos que se fundían, juntos en la
misma hoguera.
La perfección de tu boca, la mía la
conocía,
cuando rosabas mi cara, miel de mis
labios brotaba;
perfume de la mañana, silencio de
madrugada.
Eras mi sueño anhelado, mi esperanza; tu
llegada,
eras luz, eras fragancia..., joven fui y
aún madura
hoy recuerdo la ternura de descansar en
tus brazos.
El perfume de tu piel, perdura aún en mi
almohada,
tus manos me conocieron mejor que la
Luna blanca;
que el Lucero de la noche, que la
lluvia, que la escarcha.
¡Qué ironía vida mía, ninguno de los dos
sabía,
la emboscada de la vida!
(...)
M. del C. GARCÍA.
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